El levantamiento del Imam Husein (p) es una acción de objetivos más elevados que un deseo de provocar un levantamiento revolucionario o de convocar seguidores. Con este levantamiento, Imam Husein (p) pretende dejar un testamento imperecedero que mueva los corazones de los musulmanes de todas las épocas en defensa del mensaje profético y de los oprimidos del mundo.
En el cumplimiento de esa misión, avanza de forma consciente, junto a familiares y seguidores, hacia el martirio.
El ejemplo de Imam Husein (p) es un modelo de comportamiento ético. El creyente ha de estar dispuesto a sacrificar lo más querido que posee para impedir que el mensaje de salvación que llega a la humanidad a través del Profeta Muhammad (PBD) se pierda, pues esto significaría la pérdida de la dignidad como seres humanos.
Puesto que el mensaje profético viene a despertar las conciencias a las realidades transcendentes y, por tanto, al mensaje de hermandad y justicia, los tiranos de todos los tiempos se han esforzado por eliminar ese mensaje y a sus portadores de la faz de la Tierra. Los asesinatos sistemáticos de intelectuales, pensadores y seguidores del Islam que hoy en día evidenciamos no es más que un intento por acabar con el Mensaje y con sus seguidores para afianzar el dominio opresor.
En verdad, Dios no cambia la situación de un pueblo mientras ellos no cambien lo que hay en sus almas.
(Sagrado Corán 13.11)
Hoy y siempre lloramos por Husein (p) al hacernos conscientes de la grandeza de su ejemplo y de la pobreza y falta de visión de nuestro comportamiento cotidiano.
Y quienes creen en Dios y en Sus mensajeros, esos son los sinceros y los mártires ante Su señor, para ellos existen su recompensa y su luz.
(Sagrado Corán 57:19)
Te invitamos a acompañarnos y a vivir junto a nosotros la tragedia de su martirio. Sigue aquí lo que fueron los primeros 10 días del mes de Muharram en Caracas, Venezuela
PROGRAMAS ESPECIALES
Ashura. El día en que la Sangre venció a la Espada.
Laura es actriz de la compañía de teatro ComuniCalle e interpretó a Hazrat Zainab (la paz sea con ella) en la obra preparada para presentar en la Husainiya durante los actos de Ashura
TESTIMONIOS
Sra. Ana Hernandez
DÍA 1. PRIMER DÍA DEL MES DE MUHARRAM

DÍA 2. MUSLIM IBN AQÍL (la paz sea con él)
Muslim ibn Aqíl es el señor de los seres felices, el primero de los mártires de la épica de Karbalá y el embajador y representante del Señor de los Mártires ante las gentes de Kúfa. Su grandeza y majestad están más allá de lo que se puede describir con la pluma y su personalidad no puede ser abarcada.
Abdellah Mámaqání, Tanqih al-Maqál, t. III, p. 217-212.

Muslim, junto al Imam Hasan Al-Mujtabá (a.s.) y al lado del Imam Husein (a.s.) y de Abdellah ibn Yafar, fue el portaestandarte del ejército del Islam por orden de Amir al-Muminín Ali (a.s.). Es decir, que el cuerpo derecho del ejército estaba bajo sus órdenes.
Muslim fue el embajador de Imam Husein (a.s.) en la ciudad de Kufa, donde fue a reunirse con los creyentes que habían escrito cientos de cartas al Imam pidéndole su presencia como líder en el levantamiento contra el califa opresor e incrédulo Yazid.
Este embajador divino fue deambulando perdido por las calles, pues la realidad que encontró fue una población atemorizada por las amenazas del califa y que prefirieron traicionar al Imam a cambio de sus vidas. Muslim no conocía a nadie que le acompañase. La única persona que le dio alojamiento fue la anciana Tau´a, pero a la mañana siguiente, la casa ya estaba rodeada de gente armada que iban a detenerle.
Le hicieron prisionero, lo torturaron y finalmente lo llevaron a lo más alto de la casa de gobierno.
Mientras el Noble Muslim decía “¡Allahu Akbar! ¡Dios es más grande!” cortaron su bendita cabeza y arrojaron su cuerpo desde lo alto del edificio.
DIA 3 – HURR. UN HOMBRE LIBRE. EJEMPLO DE ARREPENTIMIENTO

Hurr Ibn Yazid al-Riyahi fue un valiente guerrero kufano designado como comandante del ejército enviado a confrontar a Imam Husain (p) por su disciplina y experiencia militar.
La caravana del Imam Husain (p) se encontró con el ejército de Hurr en su camino hacia Kufa en una zona llamada Di-Husm. Hurr había sido enviado para bloquear el camino y llevar detenido al Imam (p) ante el califa Yazid.
El ejército venía sediento y el Imam (p) ordenó a sus compañeros dar agua a los soldados y a sus caballos. Hurr rezó la oración colectiva dirigido por el Imam (p). Luego, le informó al Imam acerca de su misión y este hizo hincapié en el hecho de que su presencia allí se debía a las invitaciones que la gente de Kufa le había hecho a través de numerosas cartas. Pero que si los kufanos habían cambiado de opinión, estaba listo para regresar a Medina.
Hurr manifestó no conocer de dicha correspondencia y cuando Imam (p) decidió continuar su viaje Hurr le sugirió que tomase una tercera vía, por lo que el Imam Husain (p) y su caravana se vieron obligados a tomar la ruta de Qadisiyya; mientras que el ejército de Hurr los seguía desde atrás.
Desde el principio, Hurr tenía la preocupación de una posible confrontación con el nieto del Profeta (PBD), por eso le advertía los riesgos de la misma.
cuatro jinetes de Imam (p) llegaron a Kufa y al enterarse de lo que estaba sucediendo regresaron a informar al Imam (p).
Es entonces cuando Hurr recibe una carta de Ibn Ziyad, ordenándole aumentar la presión y rodear la caravana en un desierto sin agua y sin plantas. Fue asi que acamparon en las tierras de Karbalá.
El día de Ashura, cuando Hurr se dió cuenta que los kufanos estaban decididos a luchar y matar al nieto del Profeta (PBD), se alejó del ejército y se acercó al campamento del Imam (p). Se ha informado que se encontró con el Imam (p) mientras que se sentía lleno de tristeza y pesar. Él le pidió perdón al Imam (p) diciéndole que nunca había imaginado que la situación terminaría en una guerra real.
El Imam Husain (p) le pidió a Dios perdón por él, y le dijo: «Ciertamente, eres Hurr (libre) en este mundo y en el más allá.» Entonces Hurr, se unió a la caravana de Imam (p).
Hurr le pidió al Imam (p) que le diera el permiso para ser el primer guerrero en dirigirse al campo de batalla y alcanzar el martirio; ya que él había sido el primero en enfrentarse al Imam (p).
Fue martirizado después de varias rondas de combate. Luchó con valentía recitando epopeyas y en el combate, su caballo fue fuertemente herido, entonces dejó el caballo y luchó de pie, hasta matar a 41 guerreros del enemigo, luego fue rodeado por los soldados del enemigo y todos ellos juntos lo atacaron y lo asesinaron.
Los compañeros del Imam Husain (p) fueron y trajeron su cuerpo a la carpa del Imam (p) y él miró a Hurr, limpió la sangre de su cabeza y dijo, «Tú eres Hurr (libre) como te nombró tu madre. Tú eres libre en este mundo y en el otro.« Luego, el Imam (p) cubrió la herida de su frente con un pedazo de tela.
Fuente: Wikishia
DIA 4 – LA TRAGEDIA DE HAZRAT ZAINAB (P)

Umar ibn Sa‘d entró en Karbala con 4.000 soldados de la gente de Kufa.
‘Ubaidul·lâh ibn Ziâd llamó Umar ibn Sa‘d y le ordenó luchar contra el Imam al Husain (as). A Ibn Sa’d no le gustaba pelear con el Imam (as), por lo que le pidió a ‘Ubaidul·lâh que lo exima de hacerlo, pero Ibn Ziyad dijo que’ la exención de Umar estaba condicionada a devolver el edicto de la gobernación.
Cuando Umar ibn Sa‘d vio la insistencia de ‘Ubaidul·lâh, dijo: «Voy [a Karbala]». Entonces, se mudó con 4.000 soldados y el día después de que Imam Husain (as) acampara en Karbala.
Yazid ordeno enviar a todas las tropas posibles a Karbala. Shimr fue la primera persona que obedeció la orden. Los siguientes fueron Zayd Ibn Rakab al-Kalbi con 2.000 soldados, Husain Ibn Numair con 4.000 soldados, Musab Mari (Muzayir Ibn Rahina al-Mazini) con 3.000 soldados, Husain Ibn Tamim al-Tahawi con 2.000 soldados y Nasr Ibn Harba (Harsh) con 2.000 soldados de Kufa y se unió a ‘Umar ibn Sa’d. Entonces. Shabath se unió a Umar ibn Sa‘d con 1.000 soldados. Después de Shabath, Hajjar se unió con 1.000 soldados, luego Muhammad Ibn Ash’ath Ibn Qays al-Kindi se unió con 1.000 soldados. Cada mañana y tarde, ‘Ubaidul·lâh ibn Ziâd envió soldados de Kufa en grupos de 20, 30, 50 o 100 a Karbala, para que en el 6 Muharram, el número de soldados en el ejército de Umar ibn Sa‘d tenía más de 20.000 soldados, siendo que el grupo del Imam Husain (as) eran menos de 70 personas. Sin embargo, hay que mencionar que cientos de estos miles de soldados decidieron cambiar de bando y combatir para el Imam Husain (as) o abandonar el campo de batalla y no formar parte de la injusticia que se estaba brindando. ‘Ubaidul·lâh ibn Ziâd designó a’ Umar Ibn Sa’d como el comandante de todo el ejército.
Los Hijos de Zainab (as)
‘Awn, Muhammad y ‘Ubaidul·lâh eran los tres hijos de ‘Abdul·lâh ibn Ÿa‘far (el esposo de Zainab, la paz sea con ella) que junto a su madre habían llegado con el Imam Husain (a.s.) a Karbalâ’.
Cuando ellos vieron que su tío e Imam se estaba quedando solo, uno a uno se fueron presentando en el campo de batalla y ofrendaron sus vidas por el Islam.
‘Awn cabalgó hacia el campo de batalla frente a los ojos preocupados de su madre Zainab, mientras recitaba:
«Si es que no me conocéis, pues yo soy el hijo de Ÿa‘far
El mártir veraz que florece en los paraísos
Que vuela en los mismos con alas verdes
Siendo ello suficiente honor en el Día de la Resurrección.»
‘Awn mató a tres jinetes y a dieciocho soldados enemigos hasta que finalmente alcanzó el martirio a manos del ejército de Yazîd.
Luego de él, sus hermanos Muhammad y ‘Ubaidul·lâh también lucharon en el camino de la Verdad y fueron martirizados.
La dama Zainab (as) perdió a sus 3 hijos y a 6 de sus hermanos en la batalla de Karbalá, ante sus propios ojos, entre otros miembros de su familia que también encontraron el martirio.
Ella fue una mujer valerosa que en unas cuantas horas, fue testigo del martirio de sus hijos, hermanos, sobrinos y primos; y asimismo vio cómo sus cabezas fueron puestas sobre las lanzas…
«¿Acaso no es así que la maldición de Dios recae sobre la gente opresora?»…
«Y pronto sabrán aquellos que tiranizaron a qué destino se dirigen».
DIA 5 – EL MARTIRIO DE ABDULLAH HIJO DE HASAN (P)

Abdullah ibn Hasan tenía solo 11 años cuando fue martirizado en la batalla de Karbala . Durante los últimos momentos de Husain ibn Ali, Bahr ibn Ka’ab estaba a punto de golpearlo cuando Abdullah salió corriendo de las tiendas. Se interpuso en su camino y gritó «¡Oh, hijo de la mujer corrupta! ¿Vas a golpear a mi tío?».
El valiente muchacho protegió a Imam Husain (p) del golpe de la espada, por lo que su mano se cortó y comenzó a colgar. Abdullah gritó «Oh, tío». Husain tomó a su sobrino, lo atrajo hacia su pecho y dijo: «¡Oh, hijo de mi hermano! Soporta pacientemente lo que has sufrido y considéralo bueno, porque Allah te hará conocer a tus piadosos antepasados». En ese momento, Harmala ibn Kahil arrojó una flecha a Abdullah y lo martirizó en los brazos de su tío.
DIA 6 – EL MARTIRIO DEL NOBLE AL QÁSIM (RA)

Una de las grandes tragedias que la familia del Profeta (PBD) tuvo que soportar el día de Ashurá fue el martirio del joven de 13 años Al-Qásim (ra). Algunos libros de historia relatan los hechos así:
Cuando todos los compañeros del Imam habían sido martirizados y llegó el turno de entrar en combate a los
hijos del Imam Hasan Al-Mojtabá (a.s.), el noble Al-Qásim fue junto al Imam y le dijo: “Oh hermano de mi padre! Deseo que me otorgues tu permiso para entrar en batalla.”
El Imam le dijo: “¡Oh hijo de mi hermano! Tú eres lo que me queda de mi hermano y me recuerda a él. No vayas a combatir, pues tu presencia es lo que da sosiego a mi alma.”
Al ver que su tío no le otorgaba permiso, se sentó sobre la tierra muy triste y lloroso y puso su cabeza sobre el pie de su tío insistiéndole.
Recordó que su padre le había atado una venda en el brazo y dentro había colocado su testamento diciéndole:
“Cuando sientas que algo te rompe el corazón y que te domina el desconsuelo, desata esta venda y lee lo que
hay en ella, entiende bien lo que dice y no dejes de actuar conforme a lo que te indica.”
Cuando la abrió, vio lo que su padre había escrito en ella:
“¡Hijo mío! Te pido que, cuando veas a tu tío en Karbalá rodeado por los enemigos no abandones la lucha contra los enemigos de Dios y del Mensajero de Dios y no dejes de participar junto a tu tío en la batalla. Si tu tío no te otorga permiso para entrar en combate, insístele hasta que te lo permita.”
El noble Al-Qásim se puso en pie y mostró al Imam Husain (a.s.) el escrito. Cuando el Imam vio la letra de su hermano, echó su brazo sobre el cuello de Al-Qásim y le estrechó contra su pecho. Tío y sobrino lloraron con gran pesar.
Fueron juntos a la tienda y allí, el Imam lo vistió con la larga chaqueta de su padre el Imam Hasan (a.s) y su turbante.
Cuando el Imam Al-Husain (a.s.) vio su disposición, le dijo: “¡Hijo mío! ¿Vas a ir por tu propia voluntad al encuentro de la muerte?”
Al-Qásim dijo: “¡Oh tío! ¿Cómo no ir cuando veo como tú estás sólo, rodeado de todos estos enemigos, en tierra extraña y sin nadie que te ayude? ¡Oh tío amado! ¡Doy mi vida por ti!”
Así salió el noble Al Qásim a la batalla. Comenzó la lucha y mató a 35 de sus adversarios. Los enemigos comprendieron que no eran adversarios para él. Así que le lanzaron una lluvia de piedras. En el calor de la batalla, Amr Azadí le golpeó con su espada en la cabeza. Al-Qásim gritó pidiendo ayuda a su tío.
El Imam (a.s.) corrió en su ayuda en el momento oportuno para cortar la mano que Amr Azadí usaba para alzar la espada que cortaría la cabeza de Al Qásim. La tribu se lanzó al ataque contra Imam Husain (a.s.) y los caballos pisotearon el cuerpo de Al Qásim. Al verlo el Imam (a.s.) gritó:
“¡Oh hijo de mi hermano! ¡Oh, por Dios! Que duro es para tu tío el que le hayas llamado pidiendo su ayuda y no te haya podido responder o que su ayuda no te haya servido de nada.”
Después, abrazó a su sobrino pegando su pecho al suyo. Los miembros de su cuerpo habían quedado machacados bajo los cascos de los caballos y un pie había sido separado de su cuerpo. Tal como estaba, llevó su cuerpo y pidió a su familia fortaleza para soportar tanto dolor ante aquella tragedia inmensa.
DIA 7 – MARTIRIO DE ALI AKBAR (a.s.) EL VIVO RETRATO DEL MENSAJERO DE DIOS (PBD)

Una de las grandes tragedias que tuvo que soportar la familia del Profeta (PBD) en Karbalá fue el martirio del noble Ali Akbar (a.s.). El hijo mayor de Imam Husain (a.s.). Según las narraciones, era muy parecido al Profeta (PBD) en su apariencia y personalidad. Su rostro era brillante como la luna, siempre estaba limpio, adornado y olía a almizcle. Alí mostró gran valentía en el suceso de Ashura. Su tumba se encuentra junto a la de su padre en Karbalá.
Después de que los seguidores del Imam Husain (a.s.) fueron martirizados, tocó el turno de entrar en combate a la familia del Imam (a.s.). El primero de ellos fue Ali Akbar (a.s.).
Cuando Ali Akbar se dirigía a entrar en combate, Imam Huseyn (a.s.) gritó a Umar ibn Sa’ad: “¡¿Qué vas a hacer?! ¡Que Dios acabe con tu descendencia y no te otorgue Sus bendiciones en la vida! Y que te someta a una autoridad que, después de mí, termine cortándote el cuello en tu misma cama, igual que tú acabaste con mi descendencia y no respetas nuestra cercanía al Mensajero de Dios.”
Imaginen el nivel de importancia y la magnitud de la tragedia de este martirio para que un Imam Purificado lance una maldición.
“No molestéis a Ali porque él va inmerso en la esencia divina” dijo Imam Husain (a.s.) a las mujeres que intentaban detenerlo y disuadirlo para que no fuera a combate.
Ante la tragedia de Ali Akbar (a.s.), el Imam (a.s.) se sintió morir en tres momentos:
- Cuando vió que estaba listo para entrar en combate
- Cuando Ali regresó a pedirle un poco de agua con estas palabras: “¡Oh padre mío! ¡La sed me va a matar!”
- Cuando Ali cayó del caballo y llamó a su padre.
La noble Sakina al-Kubra (a.s.) dijo: “Cuando mi padre escuchó la voz de su hijo llamándole miré a mi padre y le vi al borde de la muerte por la angustia que sentía. Sus ojos parecían los de un ser moribundo. Miraba a los lados de las tiendas desconcertado y parecía que su alma iba a escaparse de su cuerpo. En medio de las tiendas grito: ¡Hijo mío!
¡Qué Dios mate a las gentes que te han matado!»
Murrah ibn Munqid cargó contra el noble Ali Akbar (a.s.) y le golpeó con su espada en medio de la cabeza. Su cabeza se abrió y la sangre manó de ella cayendo sobre su rostro. A causa de las graves y múltiples heridas producidas por las espadas y flechas, se abrazó a su caballo, pero la sangre que manaba de su cabeza caía sobre los ojos de éste y le
cegaba, de manera que, desorientado, le fue llevando hacia las filas de sus enemigos, quienes, queriendo resarcirse de las pérdidas que el noble Ali Akbar les había ocasionado le golpearon con sus espadas haciéndole pedazos.
“¡Oh padre mío! Mi abuelo, el Mensajero de Allah ha venido a darme de beber de su copa rebosante tras lo cual no volveré nunca a padecer sed. ¡Deprisa! ¡Deprisa! También para ti hay preparada una copa rebosante para que bebas de ella pronto.” Fueron sus últimas palabras
Que las bendiciones y misericordias de Dios sean con el Profeta Muhammad y con su familia purificada.
DIA 8 – ALI ASGAR. LA PUERTA DE LAS NECESIDADES
Ali Asgar (a.s.) fue el hijo más pequeño de Imam Husain (a.s.) y el mártir más joven de Karbalá. El bebé de seis meses llevaba 3 días y 3 noches sin tomar leche y estaba sediento. Imam Husain (a.s.) lo cargó sobre su pecho y fue hacia el ejército enemigo a pedirles un poco de agua para el bebe, dirigiéndose a ellos con estas palabras:
“¡Oh gentes! ¡Habéis matado a mis hermanos, a mis hijos y a mis ayudantes. No me queda nadie más que este niño y tiene sus labios pegados por la sed sin tener culpa alguna. Dadle un poco de agua. Si no tenéis misericordia conmigo tenedla con este bebé de seis meses ¡Oh gentes! Su madre se ha quedado sin leche en los pechos.”
No había terminado de decir estas palabras cuando una flecha de dos puntas atravesó la garganta de Ali Asgar (a.s.) separando su cabeza.
Imam Husain (a.s.) recogió en la palma de su mano la sangre que manaba del cuello seccionado de su bebé de seis meses y la lanzó hacia el cielo diciendo:
“¡Oh Dios! ¡Se testigo de lo que han hecho estos hombres! ¡Han jurado que no dejarán vivo a ningún descendiente de la familia del Profeta! ¡Oh Dios! Tú eres testigo de lo que ellos han hecho, y esto me hace fácil tolerar todas estas dificultades»
Llorando dijo: “¡Oh Dios! ¡Juzga entre nosotros y las gentes que se ofrecieron a ayudarnos y después nos mataron.”
Estaba aún el Imam Husain (a.s.) quejándose del comportamiento de aquellas gentes, cuando Husín ibn Tamím le disparó una flecha a la cabeza que le cortó el labio haciendo que manara de él abundante sangre. El Imam Husain (a.s.), aun con los ojos llorosos, dijo:
“¡Oh Dios! ¡Ante Ti me quejo de lo que han hecho conmigo, con mis hermanos, con mis hijos y con la gente de mi casa.”
Con su bebé en brazos y cubierto con la capa, Imam (a.s.) regresó a las carpas y dijo a su hija Sukaina, quien salió a su encuentro: “¡Hija mía! ¡Este es tu hermano al que los enemigos han cortado la cabeza de un flechazo.”
Ali Asgar (a.s.) recibe el apodo «La Puerta de las Necesidades» dada la alta posición que tiene este mártir ante Dios.
Fuente: La epopeya de Ashura, pags. 51-54 / Wikishia.net
DIA 9 – AL ABBAS (a.s.) LA LUNA DE BANI HASHIM

Otro de los trágicos acontecimientos de Karbalá es el martirio de Al-Abbás (a.s.), llamado La luna de Bani Háshim.
Abu al-Fadl Al-Abbas era hijo de Imam Alí (la paz sea con él). Ocupa un lugar muy elevado en nuestros corazones por su lealtad para con su hermano, el Imam Husain (a.s.), y el papel que jugó en la batalla de Karbalá. Sus restos están enterrados en la Mezquita Al Abbas en Karbalá , Irak donde fue martirizado el día de Ashura.
Era reconocido por su belleza. Le daban el apelativo de «La Luna de Bani Hashim»por su rostro resplandeciente de la espiritualidad heredada de tres soles luminosos, su padre Amir al-Muminín Ali y sus hermanos Hasan y Husain (la paz sea con todos).
Pero también fue reconocido por su coraje, valentía, fuerza y ferocidad como guerrero. Era una montaña inquebrantable con un corazón firmemente arraigado. Fue el abanderado del ejército de Imam Husain (a.s.)
Describiendo la posición espiritual de Al-Abbás se ha dicho: “Era un ser lleno de virtudes, sabio, creyente, docto en las leyes y temeroso de Dios.”
“¡Oh hermano! ¿Me das permiso para entrar en combate?”…. Al oír esas palabras el Imam comenzó a llorar
amargamente, luego le dijo:
“¡Oh hermano! ¡Tú eres mi portaestandarte! Si tú te fueras, desaparecería quien nos aglutina y nuestro grupo se dispersaría! ¡Oh Abbás mío! ¡Ve a buscar un poco de agua para estos niños!”
La luna de los Banu Háshim fue hacia el ejército enemigo para que le diesen un poco de agua, les amonestó y les previno contra el castigo divino, pero ellos no le hicieron caso. Escuchando el clamor por la sed de los niños, montó en su caballo, cogió su lanza y se echó una cantimplora de piel a la espalda.
Embistió al enemigo y mató a ochenta de ellos antes de llegar a la orilla del río, dando con ello una muestra de su valentía y su disposición al martirio.
Al llegar al río tomó con la palma de su mano un poco de agua pero, al ir a beberla, recordó la sed que Al-Husain (a.s.) y los miembros de la familia del Profeta (PBD) estaban sufriendo y se dijo: “¡Juro por Dios que no beberé hasta que mi hermano Al-Husain y las mujeres y los niños puedan calmar su sed! ¡Jamás haría algo así!”
Llenó el pellejo de agua y lo colgó de su hombro derecho. Montó de nuevo y se dirigió hacia las tiendas pero los enemigos le rodearon por todos lados lanzándole flechas y lanzas.
Zayn ibn Waraqá’ y Hakím ibn Tufayl se emboscaron tras unos troncos de palmera y le atacaron por sorpresa cortándole el brazo derecho. Con rapidez, empuñó su espada con la mano izquierda, puso la cantimplora sobre su hombro izquierdo y recitó en voz alta: «Juro por Dios que habéis cortado mi mano derecha pero no dejaré de defender mi religión».
Le atacaron a traición y cortaron su brazo izquierdo.
En esa situación, todo su interés y felicidad residía en conseguir llevar agua al campamento y apenas prestaba atención al hecho de haber perdido sus dos manos. De pronto, una flecha atravesó la cantimplora y toda el agua se derramó. Otra flecha fue a clavarse en su pecho. Con una maza de hierro le golpearon en la cabeza y ya no pudo mantenerse en su montura. De lo alto del caballo cayó a tierra.
Lanzó un grito de auxilio a su hermano Husain: ¡Auxiliame!
Fue la primera vez en su vida que se dirigía al noble Imam Husain (a.s.) llamándole hermano. Siempre lo trató con la dignidad de ser su Imam, su Guía. El Imam acudió raudo a su llamada y le encontró tendido en el suelo, con sus dos manos cortadas, la cabeza abierta y el cuerpo hecho trizas.
Cuando el Imam llegó junto al noble Al-Abbás, se sentó a su lado, tomó su cabeza con sus manos, la colocó en su regazo y limpió la sangre de los ojos de Al-Abbás. A la Luna de los Banu Háshim todavía le quedaba un álito de vida. Con ese resto de vida que le quedaba tuvo fuerzas para llorar.
El Imam Huseyn (a.s.) le dijo: “Por qué lloras ¡Oh Abu Al-Fadl!”
Él le respondió: “¿Cómo no llorar ¡Oh hermano mío! ¡Oh luz de mis ojos! Has venido hacia mí y has tomado mi cabeza
del suelo para ponerla en tu regazo. ¿Quién levantará la tuya dentro de un rato cuando te maten y quién limpiará el polvo de tu rostro con sus manos?” Tras esas palabras, el noble Al-Abbás expiró su último aliento y alcanzó la noble posición del martirio.
Los enemigos, al ver la llegada del Imam, huyeron. El Imam les gritó: “¿A dónde escapáis si habéis matado a mi hermano? ¿A dónde escapáis si habéis destruido mis fuerzas?”
Como habían cortado el cuerpo del noble Al-Abbás en trozos, el Imam no pudo moverle. No subió a su montura. Se diría que no encontraba fuerzas. Tomó las riendas de su caballo y regresó caminando hacia las tiendas de su campamento.
Fuente: La Epopeya de Ashura, págs. 57-67 / Wikishia en español
DIA 10 – MARTIRIO DE ABA ABDELLAH AL-HUSAIN (a.s.)

Finalmente llegó el momento que hizo llorar a los cielos y la tierra, a los genios y a los humanos, a los ángeles, a los profetas divinos y a los amigos de Dios. El martirio del noble Señor de los Mártires, el Imam Al-Husain
(a.s.).
Estando el Imam combatiendo escuchó gritos diciendo que las tiendas de su campamento estaban ardiendo. Volvió apresuradamente. Los miembros de su familia, las mujeres, las hijas, los niños, todos corrieron a rodear a Aba Abdellah (a.s.). Algunos de los niños gritaban: “¡Fuego! ¡Fuego!” y pedían agua y, cuando vieron las heridas y los cortes que el Imam Husain tenía en su cuerpo, comenzaron a gritar y a golpearse en el rostro.
Zaynab al-Kubra (a.s.) fue junto a él y le dijo: “¡Oh hermano! ¡Estás listo para el martirio!” Él dijo: “¿Cómo no estarlo si ya no me queda quien me auxilie?”
El Imam dio unos pasos en dirección al campo de batalla, pero vio que todas las mujeres de su campamento venían
hacia él. Regresó para hacerlas volver. En palabras de Imam Sadiq (a.s.): «El Imam atacó a sus enemigos. En la batalla recibió treinta y tres heridas de lanza y treinta y cuatro cortes de espada. Estaba cansado, sediento, hambriento y
desconsolado.»
Abu Al-Jutúf Ya’afa hirió la frente del noble Imam con una flecha que le rompió el hueso frontal. Quiso parar la sangre que manaba de la herida pero vio que era imposible. Se desató el cinturón y tomó el faldón de su camisa para tratar de taponar la herida de su frente, pero otra flecha de tres puntas envenenadas se le clavó en el pecho.
“En el nombre de Dios! ¡Por Dios y con la creencia del Mensajero de Dios!”
El caballo de Imam, bien entrenado, comprendiendo que su jinete ya no tenía fuerzas para mantenerse en su silla, dobló sus patas para que Husain (a.s.) pudiera descabalgar con más facilidad, cosa que el Imam hizo lentamente.
Repentinamente, los enemigos se lanzaron al ataque golpeando con sus látigos a la noble Zaynab, que había corrido a socorrer a su hermano caído. El Imam Husain (a.s.) apenas consciente, hizo un gesto con su mano para que la gente de su casa regresase hacia el campamento.
Entonces, Shimr se abalanzó sobre el noble Imam sentándose en su pecho para cortarle la cabeza. Cuando el noble Imam Husain (a.s.) vio a Shimr encima de él, le dijo:
“Sabía que tú serías quien me diera muerte pues he visto en un sueño que los perros me atacaban, me mordían y desgarraban mi carne y uno de ellos era el que más me atacaba y mi abuelo el Mensajero de Dios (PBD) me dijo: “¿He visto a alguien como un perro poniendo sus garras sobre la sangre de la gente de mi casa?”
Shimr, enfurecido con aquellas palabras, dio la vuelta al cuerpo de Aba Abdellah (a.s.) y, asestándole numerosos golpes con la espada por la parte posterior del cuello, cortó la cabeza del noble Imam, separándola del cuerpo y para que todos los enemigos supiesen que el Imam había sido martirizado, Umar ibn Sa’ad ordenó que colocasen la cabeza del noble Imam sobre una lanza y la pasearán por el campo de batalla.
El Imam Muhammad al-Báqir (a.s.) dijo: “Mataron a mi abuelo Al-Husain (a.s.) justamente como el Mensajero de Dios (PBD) había prohibido que se matara a la gente. A golpes de espalda, de lanza, de piedra y de palos y después le pisotearon con los cascos de los caballos.»
La tragedia del Imam Al-Husain (a.s.), de Ahl ul-Bayt y de los Imames Purificados (a.s.) ha sido recogida, bien en forma de recitaciones de visita, bien en forma de relatos o de libros de historia sobre Karbalá.
Lo que los musulmanes debemos recordar y transmitir a las siguientes generaciones, y que es un tesoro espiritual del que debemos beneficiarnos y proteger, es el llanto por la tragedia del noble Señor de los Mártires (a.s.).