El Islam considera que las leyes hechas por el hombre, cambian con el tiempo así como las circunstancias que la rodean y la aparición de la corrupción y las miserias no es
sino un resultado de la deficiencia de tales leyes.
En cambio la escuela sagrada de los Profetas (P) que está inspirada por la luz de la revelación y depende del conocimiento Divino ilimitado, no son vulnerables a las mareas del tiempo, el cambio o la transformación. Por eso esta escuela ofrece a la humanidad el sistema más preciso para alcanzar la perfección y la excelencia moral y enseña al hombre a dirigir su alma hacia la grandeza. El Islam considera que es imposible establecer una sociedad humana segura y perfecta, sin dotar a sus miembros de moralidad y espiritualidad.
Estos valores éticos y morales están fundamentados en la vida de la más grande personalidad de todos los tiempos, la del Profeta Muhammad (BPD) quien confió desde el primer día en la piedad y en los medios que traen el bienestar a este mundo y al próximo. El Islam se construye sobre bases que exigen al hombre considerar su espiritualidad como lo más importante, para así elevar el nivel de sus creencias a unos valores puros y loables.
El Islam prohibe estrictamente que el hombre sacrifique sus óptimos modales por sus lujurias y apetencias, siendo así que el Islam está al lado de aquellos que construyen las relaciones individuales como sociales sobre valores islámicos, disfrutando de la tranquilidad, el confort y la confianza en todos los aspectos, por lo cual todos sus miembros disfrutan de igualdad de derechos y las relaciones interpersonales están basadas en la fe.